La increíble vida de Alfredo Quiñones, el mexicano que conquistó EE.UU. y muy pocos conocen
De jornalero sin papeles a neurocirujano en Harvard, la vida de Alfredo Quiñones es un ejemplo de lucha, ciencia y vocación médica sin fronteras
Actualmente, Quiñones-Hinojosa es un referente mundial en neurocirugía. Crédito: Supavadee Butradee | Shutterstock
Alfredo Quiñones-Hinojosa no soñaba con operar cerebros cuando cruzó la frontera hacia Estados Unidos. Su propósito era más terrenal: trabajar, ahorrar unos cuantos dólares y regresar a México. En su país natal estudiaba para ser maestro, pero la falta de oportunidades lo empujó a buscar algo más allá del horizonte.
Lo que no imaginaba era que ese viaje como indocumentado terminaría llevándolo al quirófano de una de las universidades más prestigiosas del mundo.
Actualmente, Quiñones-Hinojosa es un referente mundial en neurocirugía. Su historia no solo inspira por lo lejos que ha llegado, sino por la claridad con la que siempre supo que su destino estaba en sanar, enseñar y transformar vidas desde la ciencia.
De jornalero en California a estudiante universitario
Al llegar a Estados Unidos, Alfredo trabajó en campos agrícolas por un salario mínimo: apenas $3.35 dólares la hora. Las jornadas eran largas y agotadoras. “Fueron dos años muy difíciles”, se sincera el médico, según reseña Medscape. Pero en lugar de rendirse, decidió aprender inglés y buscar un camino diferente.
Con esfuerzo y dedicación, logró ingresar a un community college, una universidad de dos años donde comenzó su trayecto académico. Su desempeño fue tan destacado que fue aceptado en la Universidad de California, en Berkeley. Allí se graduó como psicólogo y profesional en Neurociencias.
Mientras cursaba esos estudios, comenzó a surgir en él un nuevo deseo: seguir el legado de su abuela, que fue partera y cuidadora. Así nació su verdadera vocación médica.
Harvard, el quirófano y una conexión con el cerebro
En 1994 fue aceptado en la Facultad de Medicina de Harvard. Él mismo considera que fue una mezcla de suerte, trabajo constante y decisiones clave. Fue en esa etapa cuando, casi por casualidad, se topó con lo que sería su destino profesional: la neurocirugía.
Una invitación a presenciar una operación cambió su vida. Entró a un quirófano y, al ver un cerebro expuesto mientras el paciente aún estaba despierto, supo que había encontrado su lugar. “Fue una conexión inmediata”, afirma el doctor.
No era solo el acto quirúrgico lo que lo conmovía, sino la confianza absoluta del paciente hacia el médico que estaba a punto de intervenir el órgano más complejo del cuerpo humano.
Tras hacer su residencia en la Universidad de California, San Francisco, fue contratado por el hospital Johns Hopkins, en Baltimore. En menos de cinco años ya era profesor titular. Su carrera avanzó a una velocidad poco común y su producción científica lo confirma: ha publicado más de 650 artículos, más de 10 libros y medio centenar de capítulos especializados.
Además, fundó Mission: Brain, una organización que lleva neurocirugías avanzadas a personas de escasos recursos en distintos países, y también capacita a médicos en nuevas técnicas quirúrgicas.
El doctor Q: entre Netflix y ciencia
Su historia llegó a las pantallas a través de la serie de Netflix ‘Ases del bisturí’, y próximamente será llevada a la televisión con una producción basada en su vida: ‘La increíble vida del Doctor Q’.
Actualmente dirige el departamento de neurocirugía y un laboratorio de investigación en la Clínica Mayo, en Jacksonville, Florida, desde donde también forma a nuevas generaciones de médicos.
Atiende pacientes de más de 40 países, da conferencias por todo el mundo y continúa ampliando su legado. “Debemos hacer de la vida un arte marcial”, suele decir, convencido de que los golpes se esquivan con disciplina, fe y propósito.
